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El Nacimiento de Internet (1969): El día que un mensaje de dos letras cambió el mundo

Publicado el 5 de diciembre de 2025

El Nacimiento de Internet (1969): El día que un mensaje de dos letras cambió el mundo

El Nacimiento de Internet (1969): El día que un mensaje de dos letras cambió el mundo

¿Te imaginas que todo Internet se apagara ahora mismo? Sin WhatsApp, sin streaming, sin acceso a tus repositorios en la nube. Hoy damos por sentada la conexión instantánea y global, pero hubo un momento, una noche específica, en la que el mundo digital era tan pequeño que sus direcciones cabían en una simple libreta de papel.

Hoy, viernes 5 de diciembre de 2025, llegamos al tercer hito de nuestro repaso histórico de fin de año. Ya tenemos el hardware fundamental (gracias al Transistor y al Microchip que vimos esta semana), pero una computadora aislada es solo una calculadora solitaria. Para cambiar el mundo, necesitaban conectarse. Hoy viajamos a 1969 para presenciar el nacimiento de ARPANET, el abuelo de Internet.

29 de octubre de 1969: "L... O..." y el sistema colapsó

Olvídate de los centros de datos futuristas con luces de neón. El nacimiento de la red ocurrió en una pequeña habitación sin ventanas de la UCLA (Universidad de California, Los Ángeles). Allí, un estudiante de programación llamado Charley Kline intentó algo que nunca se había hecho: conectarse remotamente a otra computadora en Stanford, a cientos de kilómetros de distancia.

Su objetivo era simple: escribir el comando LOGIN.

Kline tecleó la "L". Al otro lado del teléfono, en Stanford, confirmaron: "Tenemos la L". Tecleó la "O". En Stanford confirmaron: "Tenemos la O". Tecleó la "G"... y el sistema colapsó por completo.

El primer mensaje de la historia de Internet no fue una frase profunda, fue literalmente: "LO". No fue un discurso épico como el de Armstrong en la Luna (que curiosamente ocurrió ese mismo año), pero ese fallo técnico inauguró una era. Una hora más tarde, tras reiniciar las máquinas, lograron enviar la palabra completa. Dos computadoras se habían "hablado" a distancia por primera vez.

La idea revolucionaria: Romper la información en trocitos

Para entender por qué esto fue tan difícil y revolucionario, debemos mirar cómo funcionaban las comunicaciones antes. La red telefónica mundial usaba conmutación de circuitos.

El modelo antiguo (Teléfono):

Cuando llamabas a alguien, la compañía telefónica establecía un cable físico (un circuito) dedicado exclusivamente a ti y a tu interlocutor. Si una tormenta cortaba ese cable en cualquier punto, la llamada se caía. Era un sistema ineficiente y vulnerable.

En plena Guerra Fría, se necesitaba una red que pudiera sobrevivir a fallos masivos (incluso a un ataque nuclear). Si un nodo desaparecía, la información debía ser capaz de encontrar otro camino automáticamente. La solución técnica fue la Conmutación de Paquetes.

¿Cómo funciona la conmutación de paquetes?

Imagina que quieres enviar una carta de 100 páginas a un amigo al otro lado del país:

Modelo antiguo: Envías el paquete entero en un solo camión. Si el camión se avería, adiós carta.

Modelo ARPANET (Internet): Cortas la carta en 100 sobres individuales (paquetes). Numeras cada uno y los lanzas a la red de correos. Unos sobres van por avión, otros por tren, otros por carretera. Cuando llegan a casa de tu amigo, él mira los números y reconstruye la carta original.

Si una carretera está bloqueada, los sobres toman otra ruta automáticamente. Esta robustez y descentralización es la arquitectura fundamental que usas hoy. Cuando haces un git push o ves una serie en Netflix, tus datos no viajan en línea recta; viajan divididos en miles de fragmentos que se reorganizan mágicamente en el destino.

De 4 nodos a la aldea global

En diciembre de 1969, ARPANET conectaba solo cuatro lugares: UCLA, Stanford, la Universidad de California en Santa Bárbara y la Universidad de Utah.

No había páginas web, ni imágenes, ni colores. Solo texto verde sobre fondo negro. Pero los protocolos que se empezaron a definir allí —cómo se saludan las máquinas, cómo verifican que el mensaje llegó bien— evolucionaron hasta convertirse en el TCP/IP, el lenguaje universal que hoy permite que tu nevera inteligente se conecte al mismo WiFi que tu portátil de última generación.

Conclusión

A menudo confundimos la Web (las páginas que visitamos) con Internet (la infraestructura). ARPANET fue el nacimiento de la infraestructura, las carreteras digitales por las que hoy viajan nuestros datos.

Como desarrolladores, es fascinante (y un poco reconfortante) pensar que la red más compleja de la humanidad comenzó con un error de sistema. Nos recuerda que todo gran software empieza con un prototipo que falla.


¿Qué sigue? Tenemos computadoras conectadas, pero siguen siendo máquinas enormes y carísimas que solo pueden tener las universidades. ¿Cómo llegó esta tecnología a tu escritorio? El próximo lunes hablaremos del invento que puso un cerebro digital al alcance de todos: El Microprocesador. ¡Buen fin de semana!


Foto de Emile Perron en Unsplash